10.9.06



Pensador naturalista y escritor, nació en la ciudad de Buenos Aires. Versado sobre astronomía, cosmología, física, química, biología, antropología, historia, filosofía, teología, religiones, psicología y otras materias, es autor de 14 obras editadas en su ciudad natal y 8 inéditas, todas las cuales se encuentran en esta página.


OBRA PRINCIPAL !
donde el autor explica concisamente su concepción del mundo, para formular una formidable propuesta de transformación de todo el género humano y su entorno, con el fin de obtener a un ser excelso y un mundo justo y habitable.
(Editorial Reflexión Buenos Aires)

Obra fundamental
Mi punto de partida es: Yo, ser pensante, enfrentado ante mí mismo y ante el Universo. De esta posición surgen de inmediato en mí ,estos interrogantes: ¿Qué soy yo? ¿Qué es el Universo?
Primero me consulto a mí mismo para hallar respuesta, mas pronto compruebo que soy insuficiente para descifrar los enigmas que me he planteado, so pena de dar rienda suelta a mí imaginación y crear explicaciones que luego encontraré inseguras. Me doy cuenta entonces, que para contestarme esas preguntas debo buscar información.
Los demás seres como yo, solo me dan explicaciones particulares y muy dispares aún siendo filósofos. Entonces me veo obligado a investigar por mi cuenta. Encuentro que en el siglo en que vivo, la lectura es lo apropiado para sumirme en el mundo del conocimiento. Hallo que las religiones no son acertadas al pretender explicarlo todo en forma primitiva precientífica, y sólo veo en ello las mismas explicaciones que yo podría elaborar con mi fantasía.
Sólo en la Ciencia veo el único y auténtico camino hacia la verdad. Me aboco entonces a lograr el mayor acopio
posible de conocimientos científicos que me brinda el copioso arsenal del siglo XX sobre el tema...Con todo ese material me encuentro en condiciones de dar una respuesta que creo acertada al enigma del Universo y la Vida, y me siento dispuesto a elaborar mi cosmovisión propia; particular sí, pero satisfactoria para mí mismo...


.Una de sus obras principales, consistente en una racional crítica teológica de gran difusión entre sus lectores, donde se exponen fuertes argumentos contrarios a la existencia de toda suerte de ser supremo, creador y gobernador del universo, y se ofrece una audaz fórmula para el futuro de una humanidad sin dios, librada a sí misma.
(Ediciones Meditación, Buenos Aires)


. Se trata de un profundo ensayo que abarca las diversas creencias del hombre, tanto las de los tiempos primitivos como las del presente, especialmente las religiosas, para finalmente valorar a la Ciencia Empírica.
(Editorial ClaridadBuenos Aires)


. Ensayo cristológico basado en un atento y crítico análisis bíblico con el objeto de revelar los aspectos encubiertos del cristianismo, con un final consistente en especulaciones teológicas acerca de cómo deberían haber sucedido los hechos de tratarse de un dios redentor (Jesucristo), hijo consustanciado, de un supuesto creador del universo.
(Editorial Reflexión Buenos Aires)

. Este ensayo, consiste en un análisis racional acerca del tema teológico frente a la ciencia, al mismo tiempo que una respuesta crítica al texto comentado según subtítulo de tapa. (Editorial Reflexión, Buenos Aires, 2000)



Ensayo cosmobiológico donde el autor rebate toda posibilidad de la existencia del humanoide extraterrestre y sus OVNIS, supuestas naves espaciales. Se trata de una obra con un trasfondo filosófico que involucra especulaciones acerca de otras formas de vida en el universo.
(Imprima Editores Buenos Aires)

A la izquierda primera edición con el nombre de "BUSCANDO A DÍOS"

A la derecha nueva edicion con otro titulo.
Ambas disponibles para su venta .


Este libro, además de contener una escueta autobiografía del autor que incluye sus experiencias religiosas, encierra una razonada exposición de los argumentos tanto en favor, como en contra de la existencia de Dios.
(Editorial Reflexión Buenos Aires)


. ¿Podemos confiar en el psicoanálisis, la homeopatía y el curanderismo? ¿Pueden ser consideradas como ciencias la parapsicología, el espiritismo y la ovnilogía? ¿Existen los endemoniados, los exorcismos, los milagros, las profecías, vida más allá de la muerte, el paraíso y el infierno? Ladislao Vadas da las respuestas en este libro.
(Editorial ReflexiónBuenos Aires)


. Rebatir a la teología puede sonar como un exabrupto, y exponer una hipótesis terrenal acerca de la persona de Jesús de Nazaret, parecer un sacrilegio. También refutar a los que sostienen el esoterismo y a todos los que cultivan otras pseudociencias, supersticiones y adivinaciones, les haga sentirse molestos. En el terreno político y militar, rebajar el prestigio de ciertos personajes históricos de turno, quizás genere rechazo. Lo mismo que ridiculizar en cierto modo a grandes personalidades de la filosofía, puede parecer chocante... , pero esta es mi visión del mundo, y creo legítimo exponerla en este libro.
Después de esta advertencia, invito a los lectores audaces a incursionar en esta acerba crítica, mezcla de todo un poco, con una salida triunfal al mismo tiempo que futurible en la esperaza de que leguemos a nuestros descendientes un mundo mejor.
(.EDICIONES ESCRITORES ARGENTINOS DE HOY)
Buenos Aires, 2004.


. Este trabajo trata sobre el polémico tema de la superioridad de algunas razas humanas y de las distintas clases de racismo. Los temas son enfocados desde una óptica antropológica, genética y etológica, sin descuidar datos históricos sobre distintos pueblos.
(Editorial Reflexión, Buenos Aires, l999).


. Aquí se trata de selección artificial de la especie humana, eutanasia, control de la natalidad, bioética, prejuicios religiosos, cerebros electrónicos con sentimientos y raciocinio, de un futuro ser humano producto de la ingeniería genética, y la transformación del mundo
(Editorial ReflexiónBuenos Aires)


.Ensayo dialogado sobre el universo, la vida y el hombre, y el futuro de la humanidad, apreciados desde la óptica de dos ficticias inteligencias del espacio exterior.
(Ediciones Tres Tiempos
Buenos Aires)

Resumen del libro:

LA MUERTE

El big bang y la nada. ¿Eterno retorno? El temor a la muerte, el suicidio; la eutanasia; el aborto; los desafíos a la muerte; más allá de la muerte; metafísica de la muerte; el triunfo sobre la muerte; ¿reencarnación? ¿resurrección y vida eterna? ¿cuál es el consuelo ante el óbito? El futuro…

Estos son los temas que encierra este ensayo con una salida victoriosa aunque futurible basada en la Ciencia que puede tornarse en una realidad.

Para acompañar la tapa en página, de mi libro: NAVEGANDO ENTRE DOS MUNDOS

El hombre, el que más -el que menos- navega entre dos mundos, a saber: el mundo ideal y el mundo real.

El primero es el mundo del espíritu, de la astrología, los oráculos y profecías, del satanismo, la brujería y la magia; los mitos y seres fabulosos; las supersticiones; las revelaciones y religiones; los milagros y la mar de pseudociencias como la ovnilogía (de los platillos volantes), parapsicología, homeopatía, el psicoanálisis, la teosofía y… el más allá.

En el segundo caso, navega en un entorno iluminado por la luz de la ciencia que barre de un plumazo todo aquel mundo de la imaginación revelando la realidad al margen de las especulaciones y los inventos de la fantasía.

Este libro trata de deslindar (al igual que en una obra anterior mía editada bajo el título de El mundo ficticio) lo que pertenece a uno y otro mundo para finalmente valorar los descubrimientos de la Ciencia experimental que nos clarifica la realidad y ofrece, planificación mediante, un mundo mejor de la mano de la ética.


RESUMEN PARA MI LIBRO: BUSCANDO EL SENTIDO DE LA VIDA

Cómo nacemos y qué somos.

Qué nos espera en la vida.

¿Para qué estamos en este mundo en buena parte desconocido? dolor-placer; ilusiones; las ambiciones; el egoísmo; los intereses; las metas; esfuerzos; desazones; frustraciones; el terror a la muerte; el invento del espíritu y de la vida de ultratumba; el tambaleante consuelo de las religiones y su reemplazo por el conocimiento científico de la realidad; el absurdo de las religiones a los ojos de la razón; la teología y el sentido de la vida; la teología y la supuesta explicación de la existencia del universo; la filosofía; el arte; el deporte y la emoción; la política y la guerra; trabajar para sobrevivir; finalmente la vanidad de la existencia y la emoción placentera. ¿La nada como meta? La salida optimista: el conocimiento científico; nuevas metas; la dote genética; el autoperfeccionamiento del hombre; planificación del futuro; el utópico paraíso terrenal imaginado por el hombre hecho realidad; el Paraíso extendido al Sistema Solar; ¿Y más allá?

Estos son los temas de este libro.


NO SOMOS LIBRES

¿Somos libres o no somos libres?

¿Los animales eligen con libre albedrío?

Ante el poderoso instinto sexual, ¿somos libres?

Las costumbres nos constriñen, el pudor nos limita.

Ante las catástrofes naturales, ¿somos libres?

Ante las enfermedades graves, ¿somos libres?

Ante el folklore y la tradición de todo tipo, ¿somos libres?

Ante las modas, ¿somos libres?

Unos hipotéticos seres inteligentes del espacio exterior, ¿poseerían valores iguales a los nuestros?

Política y libertad.

Estos constituyen los temas de este libro.



JESUCRISTO FUE DESCENDIDO CON VIDA DE LA CRUZ

En el ámbito del Occidente Cristiano y sus áreas de influencia, a partir de unos escritos antiguos (Evangelios) una pléyade de autores se ha lanzado a escribir sobre las andanzas del nazareno Jesús, tenido como uno de los miembros del Dios trinitario creador omnipresente compuesto de tres personas a saber: Padre, Hijo y Espíritu Santo. El hijo Jesús: “muerto, sepultado y resucitado en la gloria”según se dice en varios Evangelios oficiales y en los tenidos por apócrifos. Estos últimos, ciertos escritos judíos y protocristianos que, contrariamente a los canónicos, no se aceptan como textos sagrados.

En este presente ensayo, como ex creyente, he tratado de desmitificar a este mesiánico personaje, convencido como estoy de que no fue ningún dios, pues los dioses no existen, solo la fantasía los inventa para dar explicación del mundo y la vida al ignorar el conocimiento científico, y que por lo tanto fue un personaje de carne y hueso, no murió en la cruz, y jamás realizó milagro alguno, pues la Ciencia Experimental rechaza todo prodigio porque jamás ha detectado uno solo.

En resumen, ha sido un hombre como todos nosotros, aunque dominado por una delirante idea fija: la de creerse el mesías prometido en el Antiguo Testamento judaico, ensalzado como un dios por gente mística.


LA INEXISTENCIA DEL ALMA

Desde los tiempos más remotos, se viene barajando el ya hoy trillado tema de la existencia de dos entes

antagónicos: la materia por una parte, el espíritu por otra..

Materialistas y espiritualistas, en eternas polémicas, han llenado de letras (palabras, frases, sentencias, conclusiones) extensos, sino interminables tratados filosóficos sobre este sempiterno tema, a cuya tarea debemos añadir las no menos sempiternas peleas, sin ponerse las partes, jamás de acuerdo.

Religiosos e irreligiosos, creyentes, ateos e imparciales (agnósticos), nos han legado “toneladas” de libros, desde los presocráticos hasta los modernos de hoy día. A todo esto podemos añadir, la poco valorada (o ignorada) por los filósofos de occidente: filosofía oriental.

El espiritualismo dominó el mundo entero desde siempre, y aún hoy día se encuentra dando sus últimos coletazos en la cultura de Occidente en las capas de las altas esferas científicas de avanzada. No así entre la población nesciente que continúa (el que más, el que menos), envuelta en la niebla del espiritualismo, despreciando al “diabólico” materialismo ¡puf! palabra sacrílega para los religiosos, emparentada con el mal, como se cree aún hoy día).

Dados mis conocimientos, creo un deber poner mi granito de arena para robustecer la fe en la ciencia, único tesoro que nos queda para labrar un mundo mejor de la mano de la ética.

Invito al lector curioso por estas cosas a incursionar en mis “cavilaciones” modelo siglo XXI, que pretenden nada menos, que hacer trizas tanto a la materia como al espíritu de todo cuño, para ofrecer una visión lúcida del mundo del cual formamos arte como procesos físico- químico- biológico-psíquicos que somos, al mismo tiempo que una receta de mi propia factura, para un futuro venturoso de toda la humanidad.


COMENTARIO DE SUS OBRAS

¿Qué se propone el autor en sus libros?
¿Cuál ha sido el motivo principal que lo impulsó a escribir?
¿Cuál es el objetivo que campea en sus obras que tocan temas tan diversos?
En su conjunto, y tal como figura en el epígrae, odemos hallar tópicos tales como antropología, crítica de las religiones, filosofía, crítica teológica, refutación de las pseudociencias y falsas creencias en general (como en los milagros y las profecías), distintas cosmologías, origen de la vida, posibilidades de vida extra terrestre, evolución de las especies, una gran dosis de ecologismo, pacifismo y futurología.
Desde ya que debemos descartar que todos estos temas los haya tratado como lecciones, con el fin de ilustrar o sólo entretener a sus lectores. Nada más alejado de la realidad.
El tema acerca de Dios, por ejemplo, contiene una indudable negación de su existencia, basada en puros argumentos racionales.
Por su parte, sobre el personaje Jesucristo podremos advertir un no menos racional análisis que impregnado de sentido común desmitifica todo sobrenaturalismo relativo a este personaje.
Cuando del hombre se trata, el tema antropológico deja traslucir su naturaleza física, química, biológica y psíquica, como un conjunto de elementos que dibujan el "ser" que no es más que un proceso, un transcurso entre otros que se suscitan en el universo con relativo éxito y transitoriamente, pronto a desaparecer hablando en tiempo cósmico.
En cuanto a la fauna y la flora, es decir toda la vida planetaria, su concepto no es distinto. Siempre son los mismos bioelementos: carbono, oxígeno, nitrógeno, calcio, fósforo, sodio..., unos 40 de los 92 naturales que componen el universo, los que se agrupan en distinta manera para producir lo que denominamos vida.
Esta, quizás extraña pero profunda visión del mundo, es el fruto de sus lecturas, investigaciones y reflexiones, y dista sobremanera de todo espiritualismo.
Leamos sus propias palabras:
"Como monista, considero que detrás de todo fenómeno se esconde una única esencia que se manifiesta polifacéticamente: ni materia en el sentido tradicional que se aplica a este concepto, ni espíritu según la aceptación casi unánime de un segundo principio, ni dios alguno también espiritual como creador u ordenador y gobernador de todo lo existente.
Por consiguiente, niego las tres sustancias cartesianas, a saber: materia-espíritu-Dios y las reemplazo por algo subyacente, único, que denomino genéricamente "esencia del universo".
A esta "cosa en sí" que se manifiesta en fenómenos físicos, químicos, bioquímicos, biológicos y psíquicos, no le adjudico ningún nombre específico. Es para mí simplemente esencia como lo característico y permanente de las cosas.
El concepto de esta cosa en sí se puede comparar con las ideas de Platón, el nóumeno kantiano, la mónada de Leibniz y también en cierto modo con la entelequia aristotélica (adoptada precisamente por Leibniz para sus mónadas), y la voluntad como cosa en sí de Schopenhauer.
Pero esta, mi esencia del universo difiere de los anteriores conceptos, pues la definición que hago de ella, es que se trata de algo increado, relativo, cambiante, carente de conciencia, de intencionalidad, voluntad, finalidad. De modo que me alejo de toda posible interpretación panteísta. No es algo absoluto, coherente, con identidad, sino inestable, dinámico, mudable, que solo circunstancialmente crea campos dentro de los cuales los fenómenos se ven obligados a obedecer ciertas conductas, que se denominan leyes físicas, químicas, biológicas y psíquicas. Estas leyes son, para mí, transitorias, pues tienden a desaparecer con los evos cósmicos.
Esto significa que el universo perderá sus leyes físicas actuales si es que su expansión es continua (según una de las teorías cosmológicas) o renacerá con otras leyes si nos atenemos a la teoría del big bang (expansión), seguida del big crunch (contracción) y nuevo estallido y así sucesivamente, según otra teoría, la de un universo cíclico o pulsátil.
En cuanto al universo en su totalidad, pienso que lo que detecta la astronomía, es solo un universo entre otros múltiples, de modo que estaría tomando la parte por el todo. Más allá de la última galaxia avistada, mucho más allá, pueden existir otros universos, cíclicos o no. Es decir productores de big big bangs, de big crunches, o tal vez sólo materia-energía informe, ni siquiera componiendo átomos. A estos posibles enjambres de materia-energía formando galaxias o no, les denomino microuniversos, uno de ellos es el nuestro con sus galaxias, entre ellas la Vía Láctea que nos contiene, y al Todo le llamo Macrouniverso increado y eterno, siempre dinámico.
Puesto que la naturaleza obra por tanteos al azar y queda lo que puede, es decir los procesos que pueden continuar adelante transitoriamente, descarto toda existencia de dios alguno, ya que no es necesario; estaría de más, y con mayor razón si atribuyo a la esencia del universo la cualidad de eterna, sin comienzo ni final, como algo increado. Desechado todo dios creador, tampoco podemos admitir a un dios ordenador y gobernador, ya que veríamos que el universo se escapa de sus manos. Tampoco podemos admitir un dios omnipotente que se vale del mero azar y puros tanteos para sostener el mundo.
Centrando ahora nuestra atención en nuestro planeta, podemos apreciar claramente cómo ha actuado la naturaleza por tanteos al azar en el caso del denominado reino viviente. La evolución de las especies nos lo corrobora fehacientemente. Las mutaciones del ADN han sido continuas desde la aparición de la primera célula viviente, y quizás aun antes, cuando existían sólo genes libres. Pero todo nuevo mutante se ha extinguido en un casi ciento por ciento, y el porcentaje remanente algunos biólogos lo calculan en un 0,001 %. Es decir que el 99,999 % de todas las líneas evolutivas se ha extinguido. Pero aquel porcentaje ínfimo acumulado a lo largo del tiempo constituye hoy nuestra flora y fauna que si bien es un resultado residual, puebla el planeta. El hombre es uno de esos resultados de carácter transitorio.
Ahora bien, deducimos que la naturaleza ha sido brutal con los seres vivientes, tanto en su faceta inorgánica del medio ambiente como en la lucha or la supervivencia de las especies vivientes entre sí.
Las mutaciones genéticas y la brutal selección han obrado en un ámbito donde reina la "ley de la selva", donde sobrevive el más fuerte entre las especies animales, el más sagaz, pícaro, oportunista, ingenioso, escurridizo, agresivo, simulador, egoísta, territorialista, belicoso; y entre los vegetales, los más dotados con espinas, venenos, fuerza de crecimiento, etc.
Entre hienas, felinos, rapiñadores, oportunistas, vegetales tóxicos, bacterias, protozoarios y virus patógenos, parásitos... evoluciona el hombre como miembro de tribus en eterna lucha por sus territorios y alimentos.
Luego, concluimos en que el hombre es también la hechura neta de una naturaleza en bruto y por ese motivo es agresivo, belicoso, egoísta, territorialista, oportunista... en una palabra: imperfecto.
Tenemos algo de cerebro reptiliano, puro instinto, y esto nos molesta en la civilización porque suele aflorar anulando la neocorteza cerebral noble.
En una palabra, el hombre posee maldad, no porque algún poder demoníaco obre sobre su mente para inclinarlo hacia el mal como se cree supersticiosamente, sino que su proclividad hacia la agresividad obedece precisamente a sus raíces, pues deriva de los peces, anfibios, reptiles y mamíferos primitivos, con el añadido de la inmoralidad que antes no existía en los animales.
¿Qué debe hacer el hombre consigo mismo entonces?
Vemos que la educación ha fracasado, también el consejo moral dado por las "mil y una religiones" ¿Por qué esta frustración? Porque ambas cosas son insuficientes. No todos tienen la oportunidad de ser bien educados. Varios factores inciden: la deficiente educación, su ausencia por desidia y la naturaleza refractaria de ciertos individuos.
En cuanto a la religión, no todos poseen la oportunidad ni el interés por oir los sermones , y aunque se oigan, no por eso prende la moral en los individuos no predispuestos a aceptarla.
¿Qué hacer entonces para evitar en el futuro, la delincuencia? ¿Qué remedio puede existir contra la proclividad hacia a injusticia y las guerras? ¿Qué se puede hacer para suprimir para siempre las cárceles, las rejas, los candados, las llaves y cerrojos de todo tipo, el código penal, la institución de la policía, los arsenales de guerra, la mismísima vocación militar junto con los bombarderos, misiles con o sin ojiva nuclear, cazas, acorazados, submarinos de guerra, portaaviones, torpederos y otros "juguetes", fieles reflejos evidentes de la belicosidad humana, todo armamento nuclear, las armas químicas , bacteriológicas y otros escalofriantes inventos mortíferos que puedan ser inventados en el futuro?
En otro ámbito, ¿cómo hacer desaparecer todas las enfermedades habidas y por haber y por ende los hospitales, clínicas, manicomios, asilos para malformados, reformatorios, la profesión médica y los laboratorios medicinales el mundo? ¿Cómo salvar el planeta en su ecología para que continúe brindándonos sus beneficios biológicos? ¿Cómo salvar a la fauna de su extinción para que siga ofreciéndonos el deleite de observarla en safaris fotográficos, fílmicos y de video en los parques naturales del orbe multiplicados por doquier? ¿Cómo evitar que se continúen talando árboles, arrasando los bosques, pulmones del planeta, en beneficio de los intereses económicos alterando al mismo tiempo el clima y la fertilidad de los suelos? ¿Qué hacer con esta calamidad irónicamente autoclasificada como Homo sapiens que cual plaga maligna deteriora su propio planeta como el gusano que horada la manzana hasta que esta se pudre?
Si el hombre es incorregible mediante los sanos consejos, pues a corregirlo con un método radical. La receta se halla en el manipuleo del ADN. ¿Qué significa esto?
Sabemos que en el núcleo de cada célula viviente se encierra un plan genético que, según la especie, apunta desde el óvulo fecundado tanto hacia una bacteria, una ballena, un sapo, una gallina, un duraznero o un sabio humano.
Si ese material genético se altera accidental o intencionalmente, puede producirse el desarrollo de un monstruo, un mutante monstruoso, pero si se modifica inteligentemente, es posible crear un ser viviente más perfecto.
La ciencia genética está avanzando a paso agigantado, espectacularmente, y sus logros nos sorprenden día a día. ¿Cuáles serían sus beneficios aplicada al hombre? Indudablemente, la medicina ya está obteniendo una ayuda desde ese terreno. Pero o es solo aplicable al campo patológico, sino que existe la posibilidad de modificar la mismísima naturaleza humana tanto somática como psíquica. El hombre perfecto es posible, yo le denominaría superhombre que se puede lograr sin recurrir a métodos cruentos de corte racista, ni hitlerianos, ni de ninguna clase parecida. El material a modificar es el ADN humano. Esto hoy todavía es como una maraña incomprensible, pero ya se han identificado muchos genes, entre ellos los responsables de ciertos tumores malignos y de otras enfermedades hereditarias de modo que se podrán prevenir. Pero dado el avance en este terreno, en un futuro no muy lejano será posible obtener un mapa genético completo de ser humano y será cuestión de mover las piezas componentes para obtener un superhombre sano, suprainteligente, bello, supralongevo y de moral intachable.
Quitando los genes responsables de la agresividad, del egoísmo, de la belicosidad y, en una palabra, de toda inclinación hacia el mal, se podrá obtener un dechado de virtudes, un ser metamorfoseado a partir de la "larva" humana. A este nuevo espécimen, yo lo denomino en mis libros como Homo sublimis (género Homo, especie sublimis, según la clasificación binaria linneana).
Este hombre sublime, o superhombre manso será incapáz de agredir, de guerrear, de engañar, de crear injusticia, de modo que los ejércitos, linicuos armamentos y todo "juguete" bélico desaparecerán del planeta y con esto también la ciencia del derecho al conocer cada cual sus deberes y sus límites en una sociedad armónica de seres suprainteligentes éticos y solidarios por excelencia.
Todo el planeta cambiará entonces. No más naciones encerradas entre fronteras, ni razas ni religiones que generan conflictos bélicos. Una única raza poblará el Globo convertido en una nación única: la REPÚBLICA DEL PLANETA TIERRA, con un gobierno central y áreas administrativas regionales, o quizás se desemboque en una sociedad anárquica donde cada miembro conozca sus derechos y sus límites. La anarquía es imposible de ser practicada en las actuales sociedades del Homo sapiens, pero factible en el seno de una población de seres suprainteligentes, de mente sana y responsable.
De transformarse el futuro superhombre en exclusivamente vegetariano, de quitársele genéticamente el instinto de cazador, entonces la fauna planetaria quedará en paz cumpliendo su misión ecológica.
Vencido el mal en la Tierra, ausentes las guerras, la delincuencia, las enfermedades y toda injusticia, el futuro Homo sublimis tendrá ante sí una tarea inmensa. Con su inteligencia superior podrá transformar la superficie del planeta Tierra en un sistema biosférico perfecto, con regulación del clima, dominio atmosférico, régimen de lluvias adecuado, evitar catástrofes naturales y lograr una ecología inteligentemente dirigida, con una producción alimentaria (exclusivamente vegetariana para dejar en paz a todos los animales del planeta) asegurada y población mundial acorde con los recursos, eliminando totalmente la pobreza.
Este futuro espécimen obtendrá sus motivos existenciales en el arte sano, los deportes y en la tecnología constructiva. Una vez acomodado su propio planeta, podrá lazarse hacia el acondicionamiento y colonización de los restantes cuerpos planetarios y sus satélites lunares del sistema solar, y quizás de otros planetas de otros soles de nuestra galaxia. Su campo de acción será inmenso y la meta será la satisfacción del logro del progreso en este mundo, no quedar inane en un hipotético escatológico mundo más allá de la muerte. La felicidad se puede lograr únicamente en este mundo real del que formamos parte.
Lo que no hizo ningún dios, (porque según mi óptica, ¡los dioses no existen!) lo deberá hacer el hombre autotransformado en otra especie.
Esta es la respuesta a aquellos interrogantes del principio acerca de mi propósito de escribir libros. En éstos se halla el desarrollo de estas ideas de aplicación futurible, quizás utópica, pero factible si prevalece la buena voluntad y la cordura.
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9.9.06